75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

12 de Dic 2023

Con motivo de la conmemoración del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, publicamos el texto que formaba parte del dosier del pasado viaje a Mauthausen que recordó este aniversario:

1948-2023: 75 AÑOS DE LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS (DDHH) 

STÉPHANE HESSEL 

En el año 2010 se publicó el manifiesto Indignaos que apelaba a la conciencia de los jóvenes para rebelarse ante las injusticias. Su autor era Stéphane Hessel (1917-2013) que había vivido buena parte de los acontecimientos del siglo XX.  De origen berlinés, siendo niño se instaló en París, donde se relacionó con los círculos intelectuales y artísticos de vanguardia. Con la invasión alemana combatió contra la ocupación nazi desde las filas de la Resistencia dentro de la red “Greco”.

Capturado por la Gestapo, por su condición de resistente y judío, fue embarcado en un tren, junto con otros prisioneros, con destino a Buchenwald y otros campos de concentración. Calificados de “terroristas peligrosos”, todo el grupo estaba destinado a morir pero gracias a la acción de resistencia del interior del campo unos pocos pudieron salvarse. Así, Hessel fue trasladado a Dora-Mittelbau, donde permaneció hasta la evacuación, y a Bergen-Belsen, consiguiendo evadirse del convoy que lo trasladaba.

Al acabar la Segunda Guerra Mundial, Hessel participó en la redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos y a lo largo de su vida fue defensor infatigable de los mismos, en misiones diplomáticas de las Naciones Unidas como mediador y en responsabilidades ministeriales en Francia.

LA DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DDHH

La Declaración, fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París el 10 de diciembre de 1948. A pesar de la realidad política del momento, marcada por la Guerra Fría, sus redactores tenían presentes los estragos de los años de guerra, en que se vulneraron los derechos fundamentales a todos los perseguidos, detenidos o deportados de todo el mundo.

Y así se expresaba en el preámbulo:

“Considerando que la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana; 

Considerando que el desconocimiento y el menosprecio de los derechos humanos han originado actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad, y que se ha proclamado, como la aspiración más elevada del hombre, el advenimiento de un mundo en que los seres humanos, liberados del temor y de la miseria, disfruten de la libertad de palabra y de la libertad de creencias; 

Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión; 

Considerando también esencial promover el desarrollo de relaciones amistosas entre las naciones; 

Considerando que los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado en la Carta su fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres, y se han declarado resueltos a promover el progreso social y a elevar el nivel de vida dentro de un concepto más amplio de la libertad; 

Considerando que los Estados Miembros se han comprometido a asegurar, en cooperación con la Organización de las Naciones Unidas, el respeto universal y efectivo a los derechos y libertades fundamentales del hombre, y 

Considerando que una concepción común de estos derechos y libertades es de la mayor importancia para el pleno cumplimiento de dicho compromiso; 

La Asamblea General, 

Proclama la presente Declaración Universal de los Derechos  Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones  deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las  instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan,  mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos  y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter  nacional e internacional, su reconocimiento y aplicación universales  y efectivos, tanto entre los pueblos de los Estados Miembros como  entre los de los territorios colocados bajo su jurisdicción”.

Los derechos humanos fundamentales quedaron recogidos en 30 artículos, el primero de los cuales declaraba la libertad e igualdad de todos los seres humanos, sin distinción de religión, clase, origen, opción política, etc. Además de  condenar la servidumbre, la esclavitud, las torturas, los tratos  inhumanos o degradantes o las detenciones arbitrarias, buena  parte de los artículos versaban sobre los derechos  inalienables, económicos, sociales, políticos, culturales y  cívicos de todas las personas: la circulación y la libre  residencia dentro o fuera del territorio, la propiedad individual  y colectiva; la libertad de pensamiento, de conciencia y  religión; la libertad de reunión, expresión y asociación  pacíficas; la participación directa o indirecta en el gobierno; la  igualdad ante los tribunales, independientes e imparciales; el  trabajo con condiciones equitativas y satisfactorias; la  sindicación por la defensa de sus intereses; el nivel de vida  adecuado con garantías de salud y bienestar; la educación; la  integración en la vida cultural de la comunidad; etc. La declaración acababa con los deberes de las personas hacia la comunidad, solo dentro de la cual podía desarrollar libre y plenamente su personalidad, garantizar el respeto y el reconocimiento de los derechos de los otros y contribuir al bienestar general en una sociedad democrática.

Por falta de consenso, la Declaración no consiguió  revertirse en un tratado internacional, obligatorio para los  estados firmantes, pero se convirtió en un referente orientativo  y abrió el camino a la adopción de tratados jurídicos a nivel  mundial y regional, en un largo proceso que tuvo un punto  culminante con el Pacto de los Derechos Humanos de 1966,  no exento de tensiones en su elaboración y concreción, a  causa de la política de bloques y la progresiva incorporación a  la ONU de los países colonizadores. En la década de los 70 entraron en vigor los Pactos Internacionales de Derechos Humanos, que en la actualidad son: derechos civiles y políticos, económicos y sociales; contra el racismo; contra la discriminación de las mujeres; contra la tortura; derechos de la infancia; trabajadores migrantes; contra la desaparición forzosa, y derechos de las personas con discapacidad.

EL CASO SINGULAR DE ESPAÑA

A pesar de la fuerza del ideario de la Declaración, los abusos contra los derechos humanos se han manifestado y se manifiestan en todo el mundo. Basta con referirse al caso de España, que no fue admitida como miembro de la ONU hasta 1955. La Asamblea General de este organismo había condenado, en 1945, en sendas conferencias en Postdam y San Francisco, el régimen de Franco, por su origen y naturaleza fascista. Y el 12 de diciembre de 1946 la  Asamblea, bajo las consideraciones del carácter de la  Dictadura, de la ayuda recibida por la Alemania nazi y la Italia  fascista, de la acción de la División Azul y el soporte a los  enemigos de los aliados, de formar parte de la conspiración  beligerante contra los países de las Naciones Unidas, acordó  excluir a España de los organismos internacionales y la  retirada de embajadores, además de estudiar las medidas  pertinentes en caso de no establecer un gobierno con  consentimiento de los gobernados y comprometido en  respetar la libertad de palabra, de culto y de reunión.

(Resolución 39 (I) de la Asamblea General de la ONU sobre la cuestión española).

La mayor parte de los estados retiraron a los embajadores, pero nunca rompieron del todo las relaciones diplomáticas y los EUA, dispuestos a hacer de España una plataforma de contención del comunismo, iniciaron una serie de programas de ayuda económica, hasta que en 1950 se derogó la resolución de condena de la ONU y el 14 de diciembre de 1955 España pasó a ser miembro.

Para nada contaron la represión y la opresión del pueblo ni la violación sistemática de los Derechos Humanos, durante la larga Dictadura e incluso en los años de la Transición, a pesar de la ratificación por parte de España de los Pactos de 1966 antes aludidos y la firma de algunos convenios. Son un claro ejemplo las reiteradas negativas a las peticiones de legalización de la asociación Amical de Mauthausen y otros campos, fundada en 1962 para defender los derechos morales y materiales de los deportados y de sus familias y que no obtuvo el reconocimiento legal hasta 1978.  Fue el mismo año en que el 29 de diciembre se aprobó la Constitución, en la cual la Declaración Universal de Derechos Humanos quedó fijada en los siguientes términos:

“Artículo 10 Constitución Española 

  1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social. 
  2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.”

A día de hoy hay que valorar aquella lejana Declaración como el documento en el que por primera vez quedaron fijados de manera clara los derechos y libertades para todas las personas. Elaborada con fuerte determinación por sus autores, uno de los cuales fue Stéphane Hessel, a pesar de haber padecido todas las afrentas a su dignidad, consiguió revertirlas en un largo camino hacia la defensa de los derechos de todas las personas del mundo, privadas de su dignidad.

Queda todavía un largo camino por recorrer para incorporar otros nuevos derechos, entre ellos el derecho a la memoria. Hacemos nuestras las palabras expresadas por el relator de la ONU, Pablo de Greiff, el año 2014 en su visita a España, para reivindicar y luchar por “la promoción de la verdad la justicia, la reparación y las garantías de no repetición”.


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