A partir de entonces se recuerda a las víctimas del genocidio llevado a cabo por el régimen nazi y sus aliados durante la Segunda Guerra Mundial, en la medida en que la memoria no es tan sólo un acto de justicia para a las víctimas, sino también un instrumento de alerta y prevención. Durante el régimen nacionalsocialista no sólo se universalizó y extendió el crimen, con huellas indelebles, sino que se socavaron los propios fundamentos de la civilización y se destruyó la Humanidad.
La ideología asesina de unos pocos dirigentes llegó a impregnar amplias capas sociales de hombres y mujeres, gente corriente, que fueron elementos necesarios y su colaboración fue imprescindible para llevar a cabo la barbarie. Como escribió Primo Levi: Los monstruos existen, pero son demasiado pocos para resultar realmente peligrosos, más peligrosos son los hombres normales. Y gente corriente fueron los ejecutores que llevaron a cabo el asesinato metódico, industrialmente planificado, de millones de hombres y mujeres, también gente corriente, que el nacionalsocialismo quería excluir de la sociedad al ser considerados peligrosos por su diversidad: judíos, opositores políticos, personas con discapacidad, masones, gitanos, homosexuales, Testigos de Jehová… Entre ellos, los más de 9.000 mujeres y hombres españoles republicanos deportados a los campos nazis y varios miles más obligados a realizar trabajo esclavo en la industria de guerra del Reich, por su condición de enemigos políticos de Franco y de Hitler y por su contribución a la lucha contra el ocupante alemán en Francia.
Integrar el recuerdo del Holocausto y de todas las víctimas del nazismo en las conciencias individuales y colectivas debe servir para conocer hasta dónde puede llegar la capacidad humana para perpetrar el mal y para ejercer el bien y debe convertirse en arma poderosa frente a mensajes e insidias amenazadoras en épocas de crisis e inseguridades. Porque reflexionar sobre las causas y consecuencias del Holocausto y la persecución de todos los colectivos considerados enemigos se convierte en compromiso de lucha contra el antisemitismo, racismo y cualquier forma de intolerancia, así como contra los revisionismos y negacionismos, justamente en los tiempos actuales en los que en todo el mundo se manifiestan tendencias y se llevan a cabo acciones que vulneran los Derechos Humanos y, de nuevo, volvemos a ver cómo gente corriente, siguiendo los dictados de dirigentes obcecados, se convierten en el elemento necesario para perpetrar nuevas barbaries persiguiendo, encarcelando y asesinando a gente común porque son o piensan diferente y porque sus vidas molestan para conseguir los objetivos espurios de aquellos dirigentes.
Por ello tenemos que seguir alzando nuestras voces, denunciando cualquier violación de los Derechos Humanos comprometidos con el Nunca Más, ni aquí ni en ningún lugar del mundo. No podemos desfallecer en el compromiso personal y compromiso político durante los 365 días del año, encarnados simbólicamente en este 27 de enero y en el próximo 5 de mayo, instaurado como día de homenaje a las víctimas españolas del nazismo.
Podéis compartir el manifiesto en las redes sociales con los siguientes hashtags:
#MemoriaDignidadJusticia
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#GenteCorriente